soneto 8
8
Eres música y la música te aflige,
Y así opones lo dulce a la dulzura:
¿Por qué amas tanto lo que no te agrada
O bien te agrada tanto lo que odias?
Si la unión de sonidos armoniosos
Que se enlazan ofende tus oídos,
son dulce reprimenda a quien se obstina
En guardar para sí lo que a otros debe.
Observa que las cuerdas desposadas
Se pulsan entre sí de mutuo acuerdo,
Y cual esposo, hijo y tierna madre
Cantan al unísono una nota:
Muchos cantos en uno, sin palabras,
Que repiten: "Solo serás nadie."
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